Muchas personas que han enfrentado esta situación han descrito cómo la enfermedad oncológica les ha permitido descubrir una fuerza interior insospechada y una capacidad de resiliencia que nunca antes habían imaginado
La Navidad es una época tradicionalmente asociada con la esperanza y el renacimiento, pero puede adquirir un significado aún más profundo para aquellos que enfrentan un diagnóstico de cáncer. Si bien la noticia puede ser devastadora, también puede convertirse en un catalizador para una transformación personal y el fortalecimiento de los lazos afectivos.
La noticia de un padecimiento oncológico en cualquier momento es un desafío, pero recibirla en la temporada de las fiestas decembrinas puede intensificar las emociones que genera. Sin embargo, esta experiencia puede ser una oportunidad para redefinir las prioridades, valorar lo que realmente importa y encontrar un nuevo sentido a la vida.
Estas fechas suelen estar asociadas con la alegría y la unión familiar, pero pueden convertirse en un laberinto emocional para quienes reciben este diagnóstico. Sin embargo, como señala la doctora Susana Arocha, médico psiquiatra de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV): “la Navidad puede dar otra connotación” en estos casos.
Mezcla de emociones
“La Navidad es una época muy especial, ya que despliega sentimientos y exige actividades diferentes, según la costumbre de cada familia”, explica la doctora Arocha. Ante un diagnóstico de cáncer se puede generar una mezcla de emociones intensas: miedo, incertidumbre, preocupación, tristeza y, en algunos casos, incluso rabia.
“Lo primero que está rondando en la mente del paciente es la idea de no poder superar este padecimiento”, afirma la especialista. No obstante, enfatiza que la Navidad puede convertirse en una oportunidad para celebrar la vida, incluso en medio de la enfermedad.
La especialista de la SAV destaca la importancia de adaptar las celebraciones navideñas a las necesidades y emociones del paciente. “La enfermedad debe ser el centro, pero no el protagonista absoluto”, aclara la doctora Arocha. Es esencial que el paciente se sienta escuchado y respetado, y que sus deseos sean tomados en cuenta al planificar las festividades.
Apoyo familiar
El papel de la familia es fundamental en este proceso. “Es importante que los familiares brinden apoyo emocional al paciente, pero también que se permitan a sí mismos experimentar sus propias emociones”.
Recomienda buscar ayuda profesional si la carga emocional se vuelve demasiado pesada. “Si hay síntomas depresivos, lo más recomendable es buscar ayuda profesional lo más rápido posible”, aconseja.
Quienes enfrentan el desafío del cáncer encuentran en la SAV una atención integral, que toma en cuenta no solo la parte médica tradicional, sino también el bienestar emocional y psicológico de los pacientes y sus familias.
Durante festividades como la Navidad, la institución intensifica sus esfuerzos para brindar apoyo emocional y psicológico a quienes enfrentan padecimientos oncológicos.
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Fuente: Comstat Rowland Comunicaciones Estratégicas Integrales
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